Kolonihagen es una pequeña construcción que está en Stavanger (costa oeste de Noruega). Tiene apenas 24m2, pero a pesar de tan reducido tamaño, el arquitecto supo encajar dos volúmenes sencillos. En ellos adaptó un reducido programa de alojamiento de verano, a modo de refugio para dos personas. Y por si eso fuera poco, además resolvió un desnivel del terreno (de casi 1 metro).
Kolonihagen
El refugio Kolonihagen básicamente es un cubo con revestimiento exterior de madera. Ofrece a sus ocupantes un espacio multifuncional que recibe mucha luz natural, a través de grandes huecos. Del cubo principal sale un prisma secundario que sirve de espacio para dormir. Este elemento recibe el mismo tratamiento que el anterior, y tiene todo el frontal acristalado. Está colocado a la altura suficiente para que debajo de él se forme un porche a la entrada inferior del refugio. Desde la cota más elevada del terreno también se puede acceder a esta moderna habitación rural.
El interior del refugio Kolonihagen también es sencillo, y de un estilo marcadamente minimalista. Para evitar que los muebles rompan con ese equilibrio, se creó con la arquitectura la superficie de trabajo de la cocina. Algo similar se hizo con los asientos que hay en la sala. Un grupo de cojines en tonos azulados se encargan de aportar el confort necesario.
Por dentro predomina un acabado liso y blanco. La fachada está revestida con paneles de madera, que alternan con franjas horizontales de listones. Una puerta corredera de dos hojas da acceso desde la cota superior del sitio.
La versión original de este refugio no tenía baño, pero posteriormente se le añadió, según se ve reflejado en los planos y dibujos 3D.
El refugio Kolonihagen es uno de los más elegantes y modernos que se puedan ver. Nos enseña que también en obras pequeñas cada parte puede (y debe) tener sus funciones bien definidas.
Este refugio fue diseñado por el arquitecto noruego Tommie Wilhelmsen. Dibujos del blog de Corriente Aérea.