Este refugio lleva el nombre de Comploo, y surgió a partir de una idea muy concreta. Su diseño permite aprovechar el calor que desprende el compost1 por la acción microbiana. De esa manera es posible calentar su interior, ya que la fuente de calor puede alcanzar una temperatura de 50ºC.
Características del habitáculo Comploo
Estamos ante un habitáculo –tipo pod– que por dentro se parece bastante al de una casita de té. En su interior hay una mesa en el centro, que está rodeada por un banco corrido.
El refugio Comploo tiene una serie de elementos con forma de tolva modificada, que unidos crean un anillo. Cada tolva dispone de una compuerta superior para verter los residuos del jardín; que pueden ser restos orgánicos u otros materiales apropiados para el compost. Hay otra abertura en la parte inferior, que está pensada para recoger el abono una vez se ha formado.
Un conjunto de tubos recorre el anillo, con aire circulando en su interior. Al tener sus paredes en contacto con el compost, los tubos se calientan. El aire caliente sale por una chimenea en el centro del refugio, bajo la mesa. De esta manera es como se calienta el habitáculo, que además recibe luz natural por su parte superior.
El equipo de desarrollo del refugio Comploo estuvo trabajando para resolver problemas técnicos, y asegurarse de evitar malos olores. La intención no era otra que la de construir pronto un prototipo.
Este modelo de refugio resultaría muy apropiado para jardines comunitarios, y parques urbanos. Con este método se pueden calentar con facilidad espacios pequeños, como las casitas de té japonesas. Es apto por tanto para cualquier lugar que genere residuos orgánicos suficientes que puedan convertirse en compost.
El refugio Comploo es una idea de los arquitectos del estudio Bakoko. Este taller está afincado en Tokio, y fue fundado en el 2009 por Kayoko Ohtsuki y Alastair Townsend.
- El calor que desprende el compost se produce con motivo de la degradación microbiana del material orgánico. ↩︎