Un edificio en altura no tiene por qué estar en una gran ciudad. ¿Qué tal en la costa del sureste español, en Almería? Ese proyecto estaría justificado porque nos estamos refiriendo a una torre desaladora con capacidad de producir 30.000 litros de agua dulce al día. Es una cantidad suficiente para regar una hectárea de tomates en cada jornada.
Funcionamiento de la torre desaladora
La mayor parte del agua del planeta es salada (97,5%). Solamente un 0,26% es aprovechable para el consumo humano. Por eso hay que ahorrar agua e investigar en recursos que ayuden a conseguir más. Esta torre desaladora serviría para aportar agua dulce a la agricultura en zonas costeras, utilizando agua del mar. El agua salada se consigue del mar mediante unas bombas, las cuales son impulsadas por energía producida por las mareas. Este flujo de agua se conduce hacia unas grandes esferas-invernadero que hay en la estructura de la torre.
Cada una de esas esferas tiene cultivos de manglares, que son ecosistemas muy tolerantes a la sal. El agua que “sudan” estas plantas se evapora y condensa en las paredes del invernadero, para ser luego almacenada en tanques. Con esos depósitos puestos en altura, se tiene la presión suficiente para distribuir el agua a los campos de cultivo.
Por tanto, esta ingeniosa torre lo que provoca en realidad es una desalinización natural del agua del mar. Es una auténtica Fábrica de Agua Dulce. Según sus autores del proyecto, los invernaderos esféricos proporcionan aproximadamente unos 10.000m2 de manglares.
Realmente estaría muy bien en un lugar como Almería, donde se cultiva la mayor parte de hortalizas y fruta de Europa, gracias a un gran extensión de invernaderos.
La torre desaladora Freshwater Factory es una idea del equipo francés Design Crew for Architecture. Con este proyecto consiguieron una mención especial en uno de los concursos Evolo.