Este moderno refugio está diseñado para servir como lugar de escape de las rutinas diarias. Por sus características, ayuda a conectar con la naturaleza, uno mismo, y con lo esencial de la vida. Es un diseño que se basa en lo simple, pues ha depurado al máximo la tipología de cabaña tradicional. De esa manera se ha logrado una pequeña estructura que es fácil de transportar y colocar en cualquier parte. Es el refugio flotante Black Box.
Refugio flotante Black Box
El refugio Black Box está formado por tres elementos principales: una base, el refugio en sí, y una estructura envolvente. Su núcleo está compuesto por una pequeña estructura de planta cuadrada, en la que se ha organizado un espacio de trabajo. A un lado tiene una pequeña cocina, y en el opuesto un cuarto de baño (con ducha). Hay que decir que las dimensiones del aseo son bastante claustrofóbicas, pues tiene un poco más de la anchura del inodoro. El lugar de descanso está arriba, en un altillo, al que se accede por una escalerilla.
El corazón del refugio está situando en uno de los vértices de la base-plataforma. Esto deja despejado el resto de la superficie para que se pueda utilizar como terraza. La estructura ligera más exterior sirve de soporte a la piel semi-transparente que hace de envoltorio. Es un elemento textil que ayuda a controlar la relación con el entorno, y la privacidad.
Como se puede comprobar en los renders de su interior, estamos ante un concepto minimalista. También se intuye por el acabado que se trata de otro moderno refugio de madera. La habitación viene con el equipamiento justo para poder utilizarse como lugar de relajación (o de trabajo). Ofrece un alojamiento sencillo, al tiempo que se puede disfruta de la naturaleza.
El refugio flotante Black Box fue realizado por el arquitecto francés Benoit Bourd. Con él consiguió ser premiado en el concurso COCOON, organizado por el Instituto Griego de Arquitectos en Nueva York (Giany).