Este pequeño pabellón está ubicado en Garching, una localidad de Baviera, situada al sur de Alemania. Surgió a partir del encargo de lo que debería ser una casa de té. Pero durante su planificación se fue convirtiendo en un refugio irregular, sin una finalidad específica. En la web de su autor recibe el nombre de Folly.
Refugio Folly
La evolución durante el diseño de este pabellón privado marcó definitivamente su esencia. Todo derivó en una estructura decorativa, y por tanto recibió un nuevo propósito: sería un refugio para cualquier función. El proyecto se había convertido en un “folly” (disparate), como muchos de los pabellones del siglo XVIII para jardines ingleses.
Si examinamos el plano de planta de este extraño refugio, descubriremos que se basa en una geometría triangular. Es difícil de entender por qué atribuirle la forma de un triángulo a la planta de un refugio. Si el uso no quedó definido, lo lógico hubiera sido recurrir a una geometría cuadrada, o rectangular.
Una característica muy peculiar de esta pequeña construcción está relacionada con su fachada. Presenta diferentes alteraciones, creando nichos en los que sentarse y poder contemplar el paisaje. Solo hay que imaginárselo con algunos cojines, y la invitación estará servida.
Materiales y acabados
Folly está hecho con una estructura de madera. Tanto para el acabado exterior como interior, se han utilizado tablas cepilladas de alerce. Los paneles espejo que se ven en las fotos son cierres para las ventanas, con acabado en acero inoxidable pulido. Cuando no se está utilizando, esos paneles se cierran, aportando seguridad a todo el refugio.
No hay que perderse el detalle de la escalerilla de madera apoyada en una de las fachadas. Está ahí para subir a la cubierta, y utilizarla como una plataforma de observación, con piso también de madera. Tampoco hay pretil o barandilla ahí arriba, lo que le aporta aún más solidez a esta estructura.
El proyecto para el refugio Folly fue realizado por el arquitecto Philipp Baumhauer. Fotos de Julien Lanoo.