Convirtiendo un contenedor en un estudio

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Alan Stulberg es un mecánico de motocicletas que estuvo años dándole vueltas a la idea de construirse su propio estudio. Así que un día realizó unos bocetos, y cinco meses más tarde terminó la construcción del Studio POD. Alan partió de un contenedor de carga, y lo transformó en el patio trasero de su casa, Austin (Texas). Ese módulo container se convirtió es un acogedor espacio que utiliza para las creaciones de él y su novia. A juzgar por las fotos, todo parece indicar que se escogió un contenedor de 40 pies, del tipo high-cube, que es un poco más alto. Sobre sus muros se abrieron diferentes huecos, con el fin de definir las ventanas y una puerta de acceso lateral. El Studio Pod conserva el aspecto exterior del container, y casi todo el trabajo se realizó en su interior.

container Studio Pod con paracaídas en el patio

Studio Pod

La puerta corredera de entrada y las ventanas, le dan al estudio una buena iluminación natural durante el día. Esos huecos sobre la chapa se abrieron con cortadoras de plasma. El interior se roció con espuma a base de soja, con el fin de aporta una capa de material aislante. Finalmente se revistió el interior con paneles de madera contrachapada, un recurso bastante habitual cuando se trata de contenedores transformados. También se utilizó en determinadas áreas papel reciclado Homasote.

interior del contenedor del Studio Pod

Otro detalle importante es que se mantuvo la doble puerta original del contenedor, pero por dentro se forró para respetar el mismo acabado del resto de muros.

El acondicionamiento del aire corrió a cargo de una unidad split, colgada en la pared. Si te estás preguntando qué hay en el techo, son unas pesadas cajas perforadas, con lámparas halógenas.

En total, Stulberg se gastó unos $16.000 en su Studio POD, pero está convencido que si tuviera que volverlo a hacer le costaría menos, ya que no cometería determinados errores.

Las últimas tareas que se realizaron tuvieron que ver con el patio. Se definieron los bordes del jardín, y se utilizaron unos 4.500 kilos de vidrio triturado como pavimento. La tela que da sombra al patio corresponde a un viejo paracaídas.

exterior nocturno de Studio Pod

No está mal el trabajo realizado sobre este contenedor, todo es cuestión de animarse! Hay más información sobre su construcción en el blog de Stulberg. Fotos de One Good Eye.

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