Esta aparentemente sencilla construcción revela una sorprendente complejidad cuando la analizamos más detenidamente. Se trata de la Summer House, situada en el sur de Burgenland (Austria) que desafía las expectativas con su diseño.
Características de la Summer House
En primer lugar, el acabado exterior de esta casa de verano presenta una homogeneidad excepcional. Puertas y ventanas quedan ocultas tras un panel exterior abatible de tablas de madera. Ese efecto crea una fachada hermética que contrasta con el entorno campestre. Y además viene muy bien para cuando la casa no está habitada (en los meses de invierno).
El sótano, por otro lado, está construido con sólidos muros de hormigón armado. Tiene un acceso estratégicamente ubicado en la parte inferior de la ladera. Este espacio se destina a diversas habitaciones utilizadas como bodega, tanto para la producción como el almacenamiento de vino. Cabe destacar que las dos plantas superiores NO tienen conexión directa con el sótano, y se utilizan para la vida cotidiana. Están construidas con una combinación de materiales que incluyen madera, acero, y hormigón visto. Las aristas de la cubierta están hechas con placas angulares de cobre.
Dentro de la vivienda, se crea un ambiente moderno, con especial énfasis en el diseño en forma de «L» que conforma la cocina y el salón-comedor. La altura libre hasta la cubierta inclinada se aprovecha al máximo en este nivel. En esta planta también encontramos el dormitorio y cuarto de baño (con inodoro separado). Sin embargo, un elemento intrigante es la escalera que conduce a la sala de estudio. Decimos “intrigante” porque viendo su estructura de planchas de acero (en voladizo) es fácil sentir las vibraciones que debe provocar al usuario cuando se baje por ella.
En un lateral de la Summer House hay una amplia terraza, con el piso de madera.
La Summer House es un proyecto de Judith Benzer Architektur. Fotos de Martin Weiß.