Esta casa ubicada en Shimogamo (Kyoto) es un ejemplo fascinante de arquitectura con dualidad de estilos. Por un lado, presenta una fachada moderna y curva de vidrio esmerilado que sugiere misterio y modernidad. Por otro, el interior de la casa es un santuario de calma, diseñado con un profundo respeto por la tradición japonesa.
La decoración de la casa Shimogamo
La fachada externa de la casa, visible tanto de día como de noche gracias a su iluminación sutil, parece más propia de una obra de arte contemporáneo que de una residencia. Esta estructura no solo captura la atención por su forma inusual, sino que también plantea un enigma sobre lo que se esconde detrás.
Internamente, la casa se transforma en un refugio de tranquilidad. Los espacios están marcados por la simplicidad y la funcionalidad, características esenciales del diseño japonés. Los paneles deslizantes y la madera de bambú dominan el diseño interior, proporcionando tanto privacidad como una estética ligera y natural. La paleta de colores es muy simple, pues solo emplea los diferentes tonos claros de la madera, junto al blanco y negro.
Las altas pantallas en los linderos del patio son igualmente dignas de mención. No solo preservan la intimidad de los residentes frente a las miradas de las viviendas vecinas, sino que también añaden un elemento de diseño vertical que contrasta con la horizontalidad general de la estructura.
Otro elemento notable es el cuarto de baño, cuyas paredes de piedra evocan la robustez y la conexión con la naturaleza que suele buscar la arquitectura japonesa. Este espacio, aunque moderno, mantiene un lazo con las técnicas constructivas tradicionales y los materiales naturales.
Esta vivienda en Shimogamo sirve como un recordatorio poderoso de cómo el diseño moderno y la tradición pueden coexistir armoniosamente. La casa no solo es una residencia, sino también una declaración de principios sobre la posibilidad de fusionar lo nuevo con lo antiguo en perfecta simbiosis.
Shimogamo House es un proyecto de Edward Suzuki Associates.