Un pintor necesitaba un estudio de al menos 65m2 de superficie. Además lo quería cerca de su casa, y que no le costara más de 60.000 dólares. Su estructura debía ser sencilla, pero resuelta de tal manera que fuera atractiva. Con estas premisas, los arquitectos creyeron que la mejor opción era utilizar dos contenedores de carga de 40 pies. Si se unían en paralelo, podrían ofrecer el espacio que el cliente necesitaba.
Estudio para artista con dos contenedores de carga
Como el propietario deseaba que el nuevo taller de pintura estuviera cerca de su vivienda, mandó construirlo dentro del jardín. Hay que decir que la finca se ubica en Amagansett, formando parte del condado Suffolk de Nueva York. Un aspecto interesante del proyecto es que se aprovechó la pendiente del terreno para crear un edificio de dos plantas. Esta particularidad permitió que el estudio para este pintor tuviera un semisótano, delimitado por muros de hormigón armado. Sobre esos muros se colocaron entonces los dos contenedores marítimos, que costaron $2.500 cada uno.
Empleando containers, los arquitectos lograron que este estudio para artista se viera bien simple. Se suprimió gran parte del lado común entre los contenedores, para conseguir un espacio más ancho. Además se quitó el 75% del suelo de cada módulo, con lo que se consiguió un taller con el techo muy alto en el piso inferior. También en este nivel se creó un espacio cerrado que funciona de almacén.
El espacio de la planta superior se puede utilizar como altillo para descansar, o como galería de exposición de las obras.
Los contenedores se pintaron de gris oscuro, y por ambos extremos se le abrieron grandes ventanas. Los dibujos y planos explican muy bien la composición de este proyecto.
El proyecto para este estudio de artista fue realizado por Maziar Behrooz Architecture. Fotos de Dalton Portella, Francine Fleischer y Maziar Behrooz.